
Durante nuestras vidas existen una enorme cantidad de momentos que disfrutamos, que somos felices, momentos de alegría increíbles, y también existen otros momentos, te quisiera decir que son los menos pero te mentiría, estos momentos son los momentos de retos, de superación, los momentos de crecimiento, los de fracasos. Nuestra vida esta plagada de momentos, de instantes y somos nosotros los que le asignamos un valor, de bueno o malo basado en nuestras creencias, en nuestros valores y en como nos sentimos.
Sin duda alguna los momentos en los que más aprendemos, en los que más crecemos, aquellos en los que realmente nuestra vida se transforma son los momentos de reto, aquellos que muchos interpretan como fracasos. Sin estos momentos estoy convencido de que nuestra vida sería completamente monótona, no avanzaríamos porque no existiría una transformación interna.
Tú, yo, hemos pasado por momentos retadores muchas veces, analiza un poco. Había una materia en la escuela que se te complicaba, que parecía muy difícil y que con el esfuerzo suficiente no solo la aprobaste, sino que se convirtió en una fortaleza en tu vida. Hablemos de algo más sencillo, cuando aprendimos a caminar. En un inicio no podíamos ni sostenernos en pie, así que fuimos practicando, logramos mantenernos de pie agarrados de algo, después empezamos a soltar nuestras piernas cuando sentíamos ese apoyo de nuestros padres, quisimos continuar y empezamos a dar nuestros primeros pasos, avanzamos uno, dos pasos y caíamos, te pregunto ¿Eso te detuvo para no volver a ponerte en pie y volver a hacerlo? Para nada, te levantaste y volviste a hacerlo, te caíste, te levantaste y de nuevo lo hiciste hasta que ya no hubo nada que te detuviera, estabas caminando por ti mismo.
Antes de pasar con el siguiente ejemplo quiero tomar ya el tema de este día, rendirse, es muy común ahora hablar de rendición, de darse por vencidos, de tirar la toalla, de decir las cosas están muy difíciles, esto no es para mi, es mejor dejarlo, requiere mucho esfuerzo, no me siento preparado y un sin fin de cosas que nos creímos y que nos creemos. Por lo tanto, es mejor no hacer más, es mejor dejar las cosas así y ya no avanzar. En algún momento de nuestra vida alguien nos dijo que lo mejor era rendirse, que no tenía caso hacer un esfuerzo más y nosotros lo creímos por completo ya que vimos que esas personas así aunque no eran felices, estaban ahí.
Volviendo a nuestro primer ejemplo, te imaginas cómo estarías ahorita si cuando empezaste a caminar y te caíste la primera, segunda, tercera vez te hubieras dicho esto es imposible no lo voy a poder hacer nunca en la vida y te hubieras rendido. Seguramente estarías postrado en una cama o ya estarías muerto, pero no fue así, no te rendiste porque ni siquiera sabías que existía esa palabra o ese significado, tú seguiste, te paraste después de cada caída y volviste a caminar. Con mis hijas y mis sobrinas me ha tocado ver que se cayeron feo, tuvieron golpes que fueron muy fuertes y no por eso dijeron caminar es muy doloroso y lo dejaron de hacer, al contrario siguieron en ello.
Rendirnos no es algo que exista dentro de nosotros, es una idea que nos fueron formando aquellas personas que no estaban dispuestas a hacer un esfuerzo más, quienes se olvidaron que cuando eran bebes se atrevían a todo, no les daba miedo explorar otras cosas. Haz el siguiente ejercicio, cierra tus ojos respira de manera profunda en tres ocasiones, exhala por la boca y busca en tu mente el recuerdo más antiguo acerca de quien te dijo que abandonaras algo, que lo dejaras que eso no te iba a llevar a nada bueno. En que momento de tu vida alguien que tenía mucha influencia sobre ti te explico que no se puede vivir de los sueños, que eso que quieres hacer no te va a dar de comer o peor aún que a nadie le importa y que vas a estar solo.
Anota eso que encontraste porque te va a permitir saber desde cuando has vivido limitado, desde cuando decidiste que rendirse era lo apropiado. A ver espérate ¿cómo? Me estas diciendo que yo decidí rendirme, efectivamente eso es lo que te estoy diciendo, rendirse es una decisión que tomamos nosotros muchas veces de manera inconsciente, sin embargo, eso no implica que no sea una decisión.
En mi vida yo me he arrepentido mucho más de las cosas que me he rendido que aquellas en las que me mantuve o me mantengo haciendo. Te voy a compartir el por qué, de todo aquello en lo que me he rendido no sabré si iba a funcionar, o que aprendizaje me iba a dejar, no sabré si estaba ya por conseguir lo que quería o me faltaba demasiado, no sabré cómo habría cambiado mi vida si tan solo me hubiera mantenido un día más, si hubiera hecho un esfuerzo más. No lo se y no lo voy a saber por el simple y sencillo hecho de que me rendí, abandone, tire la toalla, se me hizo muy difícil y entonces renuncie.
En cambio de lo que no me he arrepentido es de aquellas cosas, situaciones, lugares o personas por las cuales no me he rendido, porque cada día aprendo algo nuevo, porque es todo eso lo que ha hecho que mi vida se transforme, que existan verdaderos cambios en mi, es lo que me ha hecho crecer y sentirme completamente vivo.
Rendirse es fácil, solo tienes que dejar de hacer lo que estas haciendo y listo, parece que no requiere ningún esfuerzo, pero no es así, vivir en la angustia de saber que habría pasado si no, te exige energía, te impone un castigo interno de saber que pudiste haber hecho más y te rendiste.
Por el contrario seguir requiere determinación, persistencia, constancia, fuerza, empuje, arrojo, preparación, astucia, huevos, energía, etc. Me quede muy corto al decirte que se requiere para continuar, para no rendirse. Lo que yo he podido aprender es que hacerlo te brinda la mejor satisfacción que puedas tener y es la de superarte a ti mismo, demostrarte que puedes con todo cuando decides no rendirte, cuando decides continuar y aprender, sobre ponerte a las circunstancias y definirte tu por encima de lo que pase. Las circunstancias no te definen, tu defines las circunstancias, por una sola razón sabes que en ti, en tu ADN rendirse no existe.
Cuando empezaste a hablar cómo fue, o si vemos a los bebes ¿Cuál es el proceso para que empiecen a hablar? Balbucean, empiezan a emitir sonidos, mediante la observación y la repetición es como empiezan a hilar alguna silaba, nos ponemos felices cuando dicen papá o mamá. También este proceso no fue de un día al siguiente, se requirió tiempo, practica, repetición, repetición y no darse por vencido.
En dos ejemplos muy sencillos te acabo de mostrar que rendirse no es parte de ti, es una creencia que asumiste como verdadera, que has ejecutado como cierta y que te ha coartado por completo tu vida. Estas en el momento justo, en el momento oportuno para cambiar esa creencia. ¿Cómo lo vas a hacer? De la misma forma que aprendiste a caminar o a hablar. Haciéndolo una vez más, cuando sientas que ya diste todo, que lo mejor es rendirte acuérdate de como lograste caminar y luego correr, te pusiste en pie después de una caída y volviste a empezar, ahora con un poco más de experiencias, ahora con más herramientas.
Rendirse solo esta permitido cuando mueres, porque ahí ya no puedes hacer absolutamente nada, cambia tu mentalidad, cambia tus creencias y cambiaras por completo tu vida.
Cuéntame en qué cosas te has rendido y cómo te has sentido, dinos en que te has mantenido y cómo te has sentido.